Cerveza austriaca en La Habana

En La Habana abrió hace ya algún tiempo la segunda versión de una fábrica-taberna con cerveza austriaca, que hoy constituye uno de los lugares más visitados, tanto por cubanos como por extranjeros.

Esta apertura formó parte de un plan mayor que busca potenciar el turismo en el entorno de la Bahía de La Habana, por lo que retomaron un viejo espigón que resultó muy significativo en siglos pasados debido a su trasiego de madera y tabaco.

Ahora, el local está dedicado a la nueva fábrica de cerveza, sumamente concurrido, donde se sirven la clara, oscura y negra, en jarras de cristal de alto porte y acompañadas con una surtida carta de alimentos a picar, para una estancia muy agradable.

Sus empleados señalan que se trata de un  establecimiento para complacer el gusto por la cerveza, tanto de lugareños como de los centenares de viajeros provenientes de todo el mundo que visitan diariamente las calles habaneras.

Ese espigón del puerto tiene una vista privilegiada de la bahía, además de estar muy cerca los Almacenes de San José, donde se vende mucha artesanía cubana.

La remodelación se realizó a partir de una idea de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (Eusebio Leal Spengler), un lugar con 430 capacidades, dispuestas en horarios de 12:00 del día a la media noche.

Mariscos, carnes de diferentes tipos, aros de calamar, por ejemplo, y una larga lista, permiten acompasar los efectos del alcohol, además de tablas de queso, área fría y caliente, parrilladas y pinchos, entre otras muchas propuestas.

La cervecería opera con 82 trabajadores en un área de unos 150 metros cuadrados y con la fabricación de 10 hectolitros diarios de los tres tipos de cerveza mencionados, que se consumen totalmente.

La tecnología se compró a la empresa austriaca SALM, bajo la idea de un lugar de esparcimiento, amenizado mediante imágenes televisivas, música grabada, y actuaciones en vivo.

Se trata de un producto de alta calidad, con una fábrica de tecnología avanzada con la finalidad de realizar una producción tradicional.

La materia prima es austriaca, y la carta tecnológica —también de ese país— facilita una cerveza de 12 grados, cruda, con un sabor natural, que no se filtra ni se pasteuriza, solo se sedimenta.

El dióxido de carbono (CO2) generado en el proceso se conserva para favorecer una espuma de alta calidad. La cerveza cuenta con un excelente aspecto, sabor y olor (esto último casi nunca se tiene claro por el consumidor).

No es una cerveza filtrada, pero sí bastante brillante, de alta calidad, que se fabrica mediante métodos de reposo y decantación.

Se producen 10 hectolitros (mil litros) diarios que se consumen completamente, en sus variantes clara, oscura y negra.

En cuanto a la clara, lleva malta Pilsen y caramelo clara; la oscura malta Munich, Pilsen y caramelo clara; y en el caso de la negra o Dunkel, incluye malta Pilsen, Munich, caramelo clara, caramelo oscura y malta tostada.

Reconocen sus tecnólogos que la atención, servicio y experiencia en el sector gastronómico lo aportan los cubanos, y el montaje, y primer caldo, junto con la garantía, corrió a cargo de los representantes de SALM.

Un gran proyecto de rehabilitación del puerto habanero intenta recuperar naves que sirvieron para mercancía, y ahora se transforman paulatinamente en centros de recreación con estímulo del turismo.

Esta cervecería fue bautizada como Antiguo Almacén de la Madera y el Tabaco, con 430 capacidades, el mismo espigón donde estuvo la Nave del Tabaco y la Madera (de ahí su nombre actual).

La cervecería aplica un concepto ya exhibido en la Factoría Plaza Vieja, otro punto de la ciudad, donde se fabrica el lúpulo, lugar íntimo y con una vista especial de la bahía.

El Espigón de Paula o Almacén del Tabaco y de la Madera tuvo su fulgor a fines del siglo XVIII, cuando se apreció un desborde de los muelles y espigones con sus espacios de ventas.

La casa O. SALM & Co Gmb H fue fundada en Viena en 1924 por Georg Welledits y Otto V. Salm, según lo difunde la propia empresa. En 1932 SALM ya contaba con establecimientos en Praga, Bucarest, Sofía y Budapest.

La guerra tuvo como consecuencia la destrucción completa de todas las empresas productoras y sucursales. Terminado el conflicto, tardaron cinco años hasta que la empresa estuviera parcialmente restaurada.

En 1962 se inició una cooperación muy fructífera entre Sümak en Stuttgart y SALM en Viena. SALM desarrolló varias máquinas utilizadas en la técnica embotelladora que fueron fabricadas por Sümak y distribuidas en Austria por SALM.

Después de una trayectoria reconstructiva, desde 1994 hasta 2012 registraron la exportación de más de 80 plantas a más de 38 países del mundo.

En 2004 el primer mando computarizado inteligente entró en funcionamiento para las plantas de cocción de SALM, y un año más tarde SALM fue condecorado con el Premio Austriaco de Exportación. En 2009 se abre en La Habana una cervecería mediante convenio con SALM.

Ahora las dos cervecerías habaneras mencionadas constituyen eje de atención de muchos visitantes extranjeros que llegan a la capital cubana.

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