Su origen se remonta a siglos atrás, pero aun en el presente, la tarta de queso resulta sumamente atractiva en la carta de postres de cualquier establecimiento gastronómico.
Según los entendidos, este plato clásico surgió en Grecia, por el año 776 a.C., y era ingerido por los atletas que participaban en los juegos olímpicos, y otras teorías indican que la tarta nació con el propio queso, cuando un pastor de Asia Menor que viajaba por el desierto vio cómo la leche que transportaba en un saco hecho de estómago de cabra se transformó en una pasta.
En la Edad Media, cuenta el sitio conmuchagula.com, se empezó a elaborar de forma general, ya en toda Europa, y fueron los inmigrantes quienes la llevaron a América.
Como el queso es el ingrediente básico de este delicioso postre, hay prácticamente tantos tipos de tarta como de quesos: gruyere, azul, crema, requesón y otros.
He aquí una de las tartas de queso más tradicionales:
Ingredientes
- 100 g de mantequilla
- 200 g de galletas tipo María
- 500 g de queso crema
- 150 g de azúcar
- 50 g de harina
- 150 g de nata fresca
- 4 huevos
- Ralladura de un limón
- Unas gotas de esencia de vainilla
- Mermelada de fresas o frutos rojos
Preparación
Para la base, mezclar las galletas con la mantequilla derretida hasta formar una masa uniforme. Esparcir uniformemente en un molde (desmontable).
Para la pasta, mezclar la harina, el azúcar y el queso crema. Incorporar la crema de leche, los huevos, la esencia de vainilla y la ralladura de limón.
Verter la mezcla en el molde con la base y llevar a horno, previamente calentado a 140 °C, unos 40 minutos.
Retirar del horno pasado el tiempo de cocción, dejar enfriar y decorar con la mermelada.