Huevos a la escocesa

Pocos alimentos son tan universalmente empleados como el huevo, en platos donde son protagonistas o como componentes de numerosas preparaciones, dulces o saladas.

Su fácil digestión y su alto valor nutricional influyen en la preferencia de muchos por este alimento, pues aporta proteínas, vitaminas y hierro, entre otros elementos.

Las posturas de numerosas aves son comestibles, por ejemplo, las de pato, oca, codorniz y hasta de avestruz, pero las de la gallina son con mucho las más empleadas en la alimentación humana.

Son muy variadas las formas de prepararlos: cocidos, fritos, a la plancha, revueltos, en tortilla, al horno, encurtidos… pero ahora presentamos los huevos a la escocesa, según el sitio conmuchagula.com

 

Para los huevos cocidos:

  • 4 huevos
  • Agua
  • Sal 

 

Para el resto de la receta

  • 400 g de salchichas frescas ( o carne picada)
  • Harina
  • 1 huevo batido
  • Pan rallado (que se puede aromatizar con hierbas o una pizca de pimentón)
  • Una pizca de sal
  • Una pizca de ajo en polvo
  • Una pizca de pimienta negra
  • Aceite de oliva o girasol

 

Elaboración

Poner abundante agua a hervir y añadir un puñadito de sal. Cuando rompa el hervor, agregar los huevos uno a uno con la ayuda de una cuchara, para depositarlos en el agua lo más cuidadosamente posible. Cocer durante 6 minutos, para mantener la yema cremosa. Después pasarlos a un cuenco con agua bien fría para interrumpir la cocción y que quede la yema cremosa, y reservar.

Poner la carne de las salchichas, sin piel, en un cuenco e incorporar una pizca de sal, una pizca de pimienta negra y un poco de ajo en polvo, y mezclar bien. Reservar.

Cortar unos cuadrados de film transparente y untarlos con una gota de aceite. Dividir la carne de las salchichas condimentada en 4 porciones iguales, de 100 g cada una, y reservar.

Pelar los huevos con mucho cuidado.

Extender cada porción de carne sobre una lámina de film, cubrir con otra lámina y extender con un rodillo o con las manos. Debe quedar una especie de hamburguesa (más fina) de carne de un grosor homogéneo
Pasar cada huevo por un poquito de harina, tomar una lámina de carne en la palma de la mano, colocar el huevo sobre ella y plegar los bordes hasta conseguir formar una esfera u óvalo, con el huevo totalmente cubierto.

 

Pasar cada pieza por harina, rebozar en huevo batido y terminar con una capa fina de pan rallado.
En abundante aceite bien caliente, que cubra los huevos, freír de uno en uno, controlando siempre la temperatura para que se cocinen parejos y quede el rebozado crujiente. Se sirven inmediatamente, acompañados de la guarnición de su preferencia.

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